sábado, 23 de abril de 2011

PROBLEMAS GLOBALIZANTES


los países en vías de desarrollo, son controlados a distancia por lo grandes núcleos financieros mundiales que limitan sus recursos y producción a los intereses del gran capital.
Y en los países desarrollados, se han fijado unas pautas sociales de comportamiento que priman el consumismo, de forma que finalmente los habitantes de los mismos son meros “reos de consumo” –cuyos salarios tienen empeñados hasta las cejas entre hipotecas, créditos varios y adquisiciones múltiples-, a modo de una nueva esclavitud. Entre tanto que las grandes empresas aumentan exponencialmente sus resultados, las pequeñas empresas acaban por ser excluidas del mercado por las más potentes, en una espiral de cainismo codicioso.
Naturalmente, este sistema está necesariamente abocado al agotamiento, pues no se prodigan prácticas de ahorro, ni de lealtad comercial, y cada vez hay menos hueco al mantenimiento de servicios públicos, especialmente de carácter social, que se descartan por ineficaces y taras al crecimiento económico.
Pero la codicia ha adelantado el final, puesto que parte de esos grandes núcleos de poder financiero han faltado a sus más elementales responsabilidades –de la mano de la falta de control estatal- y han tejido una arquitectura financiera especulativa que ha dado al traste con la “gallina de los huevos de oro”; pero que en mérito a las conexiones globalizadotas del sistema han traspasado sus problemas económicos a escala planetaria, generando una de las mayores crisis de la historia reciente

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